miércoles, 11 de abril de 2007

(continuacion de muescas)
EL UNIFORME


Tu verás, si quieres apuntarte a la academia, apúntate, pero a ver como nos apañamos para atender a la niña; aquella muchacha escuchaba a su marido, con la mirada baja, ella sabía que tenia razón, entre el trabajo y cuidar de su hija, el tiempo que la quedaba libre era muy poco, su marido disponía igual que ella de poco tiempo libre, tendría que buscar a alguien que cuidara de la niña y pagarla, pagar la academia ya sería un sacrificio, tantos gastos casi eran imposibles de soportar.
El tiempo paso para ella, la edad de entrar en la academia de policía caduco.
Las ilusiones de llevar aquel uniforme, pertenecer a un cuerpo, llevar sus sueños al tablero de la realidad, todo eso quedo clavado en lo mas profundo de su corazón.
Recordaba con anhelo la fotografía de su abuelo paterno, vestido con el uniforme de policía local; en tiempos de guerra fue trasladado a un pueblo de Alicante, con él se marchó la familia, su mujer y sus dos hijos.
En sus estancias y veraneos en aquel pueblo, la gente del lugar siempre la recordaban el papel que su abuelo representó en aquel lugar.
Fue el único miembro de su familia que vistió uniforme, pero ella siempre pensaba que su abuelo algo la traspasó de su amor por aquel ropaje, su significado e idealismo y aunque no pudo entrar en la academia, ella se prometió, que algún día vestiría de uniforme.



CONTINUARA

1 comentario:

Jonás Bernabéu dijo...

Yo también llevo un uniforme, jeje, espero que mis nietos o nietas (si algún dia tengo hijos primero) tambien quieran llevar el uniforme que ahora llevo y en el lugar donde lo llevo... uuuis que ilusion.