C/ CAMINO DEL ÁNGEL
“Nunca había sido tan oscura la noche, la Luna detrás de la cortina de nubes, no daba luz alguna.
El viento producía un silbido largo, las hojas de los árboles acompasaban su canto y entre ellos solo se oían los pasos rápidos y descompensados de la mujer que bajaba la calle; iba abrazada a su propio cuerpo, su cabeza casi clavada en su pecho no dejaba ver su rostro, en una de sus manos portaba un llavero.
De repente, se paro como si hubiera escuchado algo, miro hacía los lados y busco refugio detrás de un árbol, unas lágrimas caían por su cara, su respiración alterada hacía mover violentamente su pecho.
Calle arriba, un hombre bajaba por la misma acera, lo observo y su llanto se hizo más ahogado.
Al llegar el hombre a su altura, ella salió de su escondite cortándole el paso.
Él quedo parado.
-¿que haces aquí? –pregunto él
Con voz entrecortada ella contestó:
-ser testigo de tu traición.
Él alzo la cabeza y con ímpetu la agarró del brazo.
-¡vamos a casa!, allí hablaremos.
-¡suéltame! –grito ella –no iré contigo a ningún sitio
-¡vamos a casa he dicho!
De un manotazo la quito las llaves.
-venga sube a mi coche.
-¡no me toques!, dame las llaves.
Comenzó un forcejeo entre los dos; en la faz de ella se dibujaba la rabia, en la de él, el desconcierto.
En un momento del enfrentamiento ella consiguió desembarazarse de él con un empujón en su pecho; él, perdió el equilibrio y cayó hacía atrás, su cabeza choco contra el alerón de un coche y reboto en el filo de la acera, enseguida la sangre regó la calle tiñéndola de rojo.
El cuerpo se convulsiono, mientras ella le miraba impasible.
Despacio se agacho y arrebato el llavero de sus manos; con ellas apretadas en su pecho balbuceo estas palabras:
-“No solo cojo mis llaves, sino también mi libertad, descubierta la traición ya puedo abrir la puerta de mi alma y volar feliz y libre como un pájaro, vuelve al infierno de donde saliste, Gabriel”.
Y cogiendo la cruz que colgaba del llavero la beso, y con un golpe seco la clavo en el pecho del hombre allí inerte.
Los ojos de él se abrieron desorbitados, una llamarada broto de su pecho y un grito desgarrador hizo concluir su incineración.
Ella levanto sus brazos en cruz y unas alas nacieron de su espalda y en un vuelo vertical desapareció en el cielo, dejando un camino de luz a su paso”.
-Eso no hay quien se lo crea- dijo Isabel
- Es la leyenda de esta calle, de hay su nombre, c/ camino del ángel
-Como leyenda, vale- dijo Isabel sonriendo- brindemos por el ángel
-Y por el demonio- contesto su compañero
Isabel le observo con gesto serio.
-Vale, no te llevare la contraria nada más conocerte
-Chin, chin…- brindo él
-¿Cómo dijiste que te llamabas?- le pregunto Isabel
-Gabriel, me llamo Gabriel
-Por ti Gabriel- levanto su copa Isabel
Gabriel brindo con una gran sonrisa dibujada en su cara y en la parte trasera de su pantalón un apéndice casi imperceptible se movió contento de un lado a otro.
miércoles, 20 de febrero de 2008
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1 comentario:
La verdad es que es muy bonito pero eres un poquito tragica no tia. Un saludo.
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