DENTRO DE SU COCHE HABÍA UN CHIMPACÉ
Dentro de su coche había un chimpancé, estaba en su espejo retrovisor, le veía reflejado allí, su visión era distorsionada, aunque nunca la migraña le había jugado una pasada así. El semáforo cambiaba de color y él seguía allí, sin moverse, los coches, formulando alaridos de palabros que él ni siquiera podía entender, los ruidos le llegaban retorcidos, se apretaba las sienes con violencia esperando calmar el dolor, su cerebro hinchado, torturaba su cabeza, los colores se juntaban con brillos cegadores imposibles de soportar. Una mujer se acercó a la ventanilla y le gritó “ muévete de una puta vez”,el sobresalto le hizo mirarse de nuevo al espejo, su pelo brillante por el sudor le caía por la cara, sus ojos como bolas de cristal miraban abstraídos, su boca hinchada enseñaba labios gordos y colgantes, su frente abultada, sus orejas grandes, su aspecto de simio le hizo comportarse como tal, metió primera y aceleró sin mirar, apunto estuvo de arrollar a los peatones que cruzaban confiados, entre gritos e improperios se perdió calle arriba.
Sin saber como, pues la migraña, había deformado su cerebro tanto como su rostro, llegó a su casa, cerró ventanas, descolgó el teléfono y abrió un bote de calmantes, cogió unas pastillas y con un trago angustioso se las tragó.
Despertó aturdido y cansado, el dolor rabioso de aquella migraña había desaparecido. Buscó el móvil, al encenderlo comprobó que había dormido día y medio, tenía llamadas de su jefe, “cualquier día perdía el trabajo por las putas migrañas”, desorientado decidió salir a que le diera el aire.
Entró en el coche, metió primera y al mirar por el espejo retrovisor soltó un grito desgarrador, su aspecto seguía igual, el de un primitivo simio, no pudo quitar su vista de aquellos ojos redondos y vidriosos, aceleró envuelto en una locura infernal, el coche descontrolado se empotro en el edificio de enfrente, el choque fue mortal.
El comisario del Distrito, movía la cabeza de un lado a otro, la Inspectora Ordóñez preguntó ¿Qué ocurre comisario?; nada fuera de lo normal, la autopsia dio sobredosis de Diclofenaco Sódico, no es extraño ya que tenía una lesión cerebral, tarde o temprano le hubiera matado, pobre hombre. Lo que no entiendo es lo de la pegatina; ¿Qué pegatina?, dijo la Inspectora poniéndose en pie, en el espejo retrovisor, llevaba una pegatina, de esas transparentes con la cara de un chimpancé; hay gente muy rara, o quizás, alguien quiso gastarle una broma, comentó la Inspectora con media sonrisa; si fue una broma, el que la gastó no creo que se este riendo mucho ahora; venga anímese jefe, ¿le apetece un café?; mirándola de reojo contestó, mejor un plátano, sorprendida dijo ella, ¡anda!, mira que mono.
viernes, 18 de mayo de 2007
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