viernes, 18 de mayo de 2007

“LOCURA DE AMOR”

Miro hacia arriba, hacia el cielo y pudo comprobar que el sol ya caía, ya entraba la tarde, cosa que él agradeció, pues ya deseaba volver a casa.
Cada día notaba que su nieto podía más con sus fuerzas, ¡ que chiquillo!, no para, allí estaba, corría detrás de los pajarillos y de las mariposas, daba la sensación de que participaban en sus juegos, las mariposas le revoloteaban por su cabecita, posándose en sus hombros, los pajarillos piaban a su alrededor mientras el corría y saltaba, reía a carcajadas, lo que hizo que al abuelo le brotara la risa de su pecho y riera con ganas hasta no poder ya mas, de sus ojos le brotaron unas lagrimas provocadas por la risa y sintió cansancio, busco donde poder reposar y descansar sus piernas, mientras el chiquillo seguía corriendo por el prado.
Miro hacia un lado y busco un lugar donde descansar sin dejar de ver al niño, debajo de un pino diviso una gran roca rodeada de hierba y algunas flores silvestres, pensó que era un buen lugar, se volvió de nuevo para ver al niño, jugaba con unas flores sentado en la hierba, se le veía bien.
_¡¡Miguel, Miguel!!- grito el abuelo
_ ¿Que pasa abuelo?
_Voy a sentarme en aquella roca a descansar, después nos iremos
_Vale abuelo
Se dirigió hacia el pino apoyándose en el palo que encontró cerca del rió, al cual ahora agradecía su ayuda, no tardó en llegar pero ya todo se le hacía pesado y largo, así que cuando se sentó en la roca suspiro de alivio y notó el cosquilleo en sus pies, corría la brisa, se estaba bien.
Levantó la vista para observar la altura del árbol que le cobijaba con sus ramas, respiro sintiendo los olores que el campo le proporcionaban, cerro los ojos y pudo oler y sentir al viento al acariciarle la cara, era fresco, mentolado y suave, recordó la suavidad y el frescor que él había sentido tantas veces al lado de su mujer, ¡ cuanto la echaba de menos ¡ , desde que falleció no había pasado una noche que no notara su vacio, que injusta era la vida, o la muerte, al fin y al cabo, la muerte fue quien se la llevo, en aquel momento, cuando mas la necesitaba a ella, dejándole solo, con aquel niño y viendo caer a su hija en el peor de los males, la locura.
Pero la vida también le había dado cosas buenas, tenia recuerdos muy bonitos de su larga vida que nublaban cualquier mal momento por el que también tubo que pasar y ante todo le había dado a su nieto, era lo mejor que le había pasado, un niño cariñoso, sensible y dulce que le recompensaba de todos los sufrimientos, le daba ánimos para continuar todos los días, era su razón de vivir, le daba todas las fuerzas necesarias, ¡que chiquillo…!.
_¡¡ABUELO!! ¡¡ABUELO!! – oyó gritar a Miguel, miró hacía la loma y le vio venir corriendo a su encuentro
_ ¡NO CORRAS!, te vas a caer.
El niño corría tan deprisa que parecía que en cualquier momento besaría el suelo, el abuelo se levantó y abrió sus brazos echando a andar, intentaba acortar camino, pero el niño se abalanzo sobre sus brazos y casi hizo caer al abuelo.
_ ¿Que te pasa?, ¿Por qué corres así?
Miguel tenía la respiración tan rápida que no podía hablar le cogió de las manos y le sentó con él, cuando se tranquilizo señalando con el dedo, le dijo:
_Allí arriba, en la loma, hay una mujer tirada en el suelo, esta llorando y grita, me ha asustado, abuelo es como si estuviera loca.
_ No te asustes hijo, no te asustes… si, esta loca y su grito es de dolor…
_ ¿que la duele abuelo?
_El corazón, esta lleno de amor
_Abuelo, ¿tu la conoces?, ¿sabes quien es?
_Si quieres puedo contarte que es lo que la ocurrió
_ Me da miedo…, pero también pena, lloraba mucho, ¿que la pasó abuelo?
_ Bien, siéntate aquí a mí lado y escucha te lo contaré:
“Fue un día de otoño y en el atardecer sucedió… fue allí, en la parte alta del prado, en aquella pequeña loma, donde tú la has visto… se encontraba aquel hombre, con una maleta a su lado, desde lejos se adivinaba su tristeza, el aire movía sus ropa con fuerza, aunque parecía que él no lo sentía, no se movía...
por aquel lado apareció ella, quedó allí parada, formando parte del horizonte, después se dirigió hacía él, lentamente, su falda volaba al viento, parecía intentar seducirla en su camino.
Él al verla, abrió sus brazos… se unieron cogiendose las manos, estuvieron rato sin hablarse, solo se miraban, hasta que ella en un sollozo le dijo:
_ ¡no me olvides!...
Los ojos de él se llenaron de lágrimas, con sus manos ella se las seco y continúo diciéndole:
_... no me olvides, que yo no puedo…, temo al pensar, que mi recuerdo quede perdido en tu pensamiento.
Que no haya nada al cabo del día, que te lleve mi recuerdo, que lo vivido caiga en pozo muerto, sin anhelo…
Todo lo que toco, parece tu piel, cada aroma que me llega me habla de ti; todo es dulce, como tú me sabes a mí.
Él la abrazo con fuerza y lloró desconsoladamente, pero ella se apartó con fuerza, con una fuerza reflejada en su voz volvió a decirle:
_No llores mírame, si echaras de menos mi presencia, si los recuerdos no te consuelan, grita, grita mi nombre, nota el alivio del grito que volara hasta mí.
Cuando te sientas solo, no pienses nunca en el abandono, pues mi corazón te acompaña, en la noche, en la mañana.
Si vieras la mirada de una mujer vagando sin rumbo, piensa que mi alma esta perdida, buscándote, intentando saber donde estas, para poder reposar en tus brazos… acariciar tu cara y navegar por tus encantos…
Se abrazaron y el silencio los envolvió durante un momento, ¡se notaba tanta tristeza!..ella siguió diciéndole:
_... no puedo dejar de pensar, en lo que pudo ser, si el destino hubiera querido dejarnos juntos, los días serian largos, esperando a la noche para unirnos en un abrazo.
La vida tendría razón de ser, no habría vacíos negros ni tinieblas, oscuridad ni veneno, ¡¡veneno que llena mi sangre!! por no tenerte, por no amarte…
Su llanto ahogó sus palabras, él la abrazo, la acaricio y besó sus ojos, su nariz, sus mejillas, su boca…y después la cogió las manos y acercándolas a su pecho él la dijo:

_Mujer, no te olvidaré, estas en mi mente agarrada en mis recuerdos, eres parte de mi vida, eres lo que más quiero.
Cuando de la noche nazca el día y tus ojos habrán a la luz, verás al cielo sonriendo a la mañana, entonces recuerda mi sonrisa cuando te miraba, recuerda mi mirada cuando me acariciabas, recuerda mis besos rozando tu cara.
Mujer no te olvidare, ¡me diste tanta paz, tanto amor!, que noté morir a mi corazón.
Cada paso que dé, cada gesto que haga, te echaré de menos, sentiré tu vació y querré morir.
Las lágrimas caían rozando sus mejillas, se abrazaron tan fuerte que su cuerpo crujió, se besaron, sintieron miedo y tanto dolor que su grito ahuyentó a las aves y su eco hasta en el pueblo se oyó.
Gritando se separaron, soltaron sus manos que parecían agarrarse a la vida… y él hecho a andar, dio un paso atrás y sin dejar de mirarla seco sus lágrimas, cogió su maleta y marcho…
Ella cayó al suelo de rodillas, lloraba lloraba tanto que la imagen de él se le hizo borrosa, se tapó la cara con sus manos y quiso morir…no volvería a verle más, levantó la cabeza y gritó.
Cayó la noche y ella seguía llorando, tendida en el suelo de aquel prado, estuvo allí hasta que fueron a recogerla.
No volvió a hablar, no volvió a reír, no volvió a vivir…
La llaman loca, cada año en la misma fecha vuelve a ese prado y repite las mismas palabras, ¡NO ME OLVIDES!...
Grita, intentando encontrar el alivio del grito.
Grita por su amor, que marcho para no volver…”
_No te asustes hijo, esta loca, pero su locura es, locura de amor…
_Abuelo…-Miguel tenía los ojos llenos de lágrimas
_ ¿Que hijo?, no llores, ven que te abrace
_Ya no me asusta, me da mucha pena.
_A mi también, a mi también…, venga! , vamos a casa, es tarde y el día a sido largo.
Se levantaron y anduvieron dados de la mano, entraban en el sendero cuando oyeron un grito, se volvieron y escucharon, el abuelo cogio al niño del hombro y le invito a seguir andando, cayados siguieron camino, el atardecer era ya intenso y la luna se dejo ver, se oían los grillos y el susurro de las ramas al compás del viento, los pájaros callaban y ella gritaba…
¡¡NO ME OLVIDES!!



FIN

1 comentario:

Jonás Bernabéu dijo...

¡Joder! que bonito... y que duro llega a ser el amor, el no olvidar, el querer volver a ver a alguien... esto último lo he sentido yo, y se pasa mal, y es entonces cuando te valdría con escuchar su voz, pero te da reparo llamar por el móvil. No, no es lo mismo. Pero el TEXTO, ES PRECIOSO.