“REIVINDICACION”
Yo no sé, para que me han hecho tan sofisticado, ni tan moderno, esto solo vale para que mi dueño se pavonee delante de sus amigos, porque realmente no sabe como utilizarme. Así le pasa que no se entera, una cosa rompe la otra, menos mal que estoy en garantía y me atienden enseguida y me tocan las manos expertas de mis creadores.
Pero mi dueño no sabe lo que tiene conmigo, me usa sin sentido, sin conocimiento, me pone a prueba, jugando con su vida, esto hace que me sienta incomodo; me cruzo con compañeros y veo que ellos están en la misma situación.
El otro día, parado en un disco en rojo, se colocó uno de mi generación a mi lado, iba temblando, al preguntarle me dijo que estaba desesperado, que su dueño siempre le llevaba al limite y siendo tan joven ya notaba que no podría estar ejerciendo durante mucho tiempo; le desee que todo le fuera bien, aunque sentí odio por su dueño, por ser un “tarao”.
Ese día mi dueño me llevo al centro de Madrid, fuimos por la Castellana a 140 Km./h eran las 4 de la madrugada, pero el “tío” en cuarta, a mi me dolían los inyectores y los caballos no dejaban de relinchar, su pie pisaba sin sentido, las revoluciones me golpeaban alocadamente en mi TDI… yo avisándole de que esto no podía hacerlo, pero no se enteraba, las copas, los porros y no sé que más no le dejaban ser consciente de lo que hacia, yo pidiendo a Dios que nos encontráramos de frente con la policía, ¡PUES NO! NUNCA ESTAN.
Me dejó en un parking, dejándome agotado y tembloroso al lado de un BMW rojo deportivo, era precioso (soy capaz de ver la belleza cuando la tengo a mi lado), estaba llorando con desesperación, en cuanto se calmó le pregunte que le ocurría y entre sollozos me contó su dramática historia.
Me dijo que no podía mas, solo tenia tres meses, pero tenia un dueño que era un “psicópata”, lo utilizaba para soltar sus nervios, que le pisaba a fondo, le daba igual que fuera en carretera que en ciudad, habían estado a punto de atropellar a niños, ancianos, a gente, a mucha gente… su dueño no reconocía los semáforos en rojo y a él se le ponían los filtros de punta, sus frenos ya no podían trabajar, los tenia quemados, sus marchas no coordinaban, hacia tiempo que no tenían liquido, sus inyectores olían a sucios, sus caballos andaban cojos y su carrocería… con tantos golpes y arañazos no le permitían descansar.
Estoy indignado, me solidarizo con mis compañeros.
Por favor, pido que nos escuche nuestro sindicato, la DGT, por un carné con conocimiento, por sensatez en la conducción, por conocimiento de la máquina.
Ayúdanos “Asociación de coches maltratados”
viernes, 18 de mayo de 2007
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